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domingo, 19 de octubre de 2014

La intuición del budoka

La práctica constante y bien dirigida del Judo, del Karate, del Aikido, del Kendo, del Jiu-Jitsu, etc. apoyada en las actitudes propias del Budo y del Zen, constituye un excelente medio para facilitar la aparición frecuente de la intuición, ya sea en los entrenamientos o en el combate de competición, pues  es un hecho que afina y amplía la  capacidad de percepción de las intenciones del otro.
Un famoso maestro de Ken Jutsu escribía en su tiempo:
“Cuando alcanzo la unidad entre el sable y yo, y libero mi espíritu de todo pensamiento y emoción que pueden cegarlo o perturbarlo, en ese momento ya no tengo frente a mí a un adversario, porque la haber hecho el vacío en mí, yo me convierto en él, y todo ocurre como si cada uno de sus movimientos y pensamientos fueran míos. En ese momento yo sé cómo y cuando golpear…”

Una sentencia samurái dice así:  El conocimiento es el principio de la acción, y la acción es el cumplimiento del conocimiento”


El budoka aprende que las actitudes que preparan el terreno para que aflore la intuición son entre otras:

Seishin . La disposición corporal, mental y espiritual
Heijoshin. Un estado de calma imperturbable frente al peligro
Mushin. El espíritu liberado de pensamientos, emociones, prejuicios, inhibiciones, deseos, temores, proyectos, etc,
Zanshin.  Alerta y vigilancia permanente en el aquí y ahora

La adopción simultánea de estas actitudes facilita el acceso a las facultades citadas y a  Genshin  ó capacidad de presentir intuitivamente el ataque del oponente antes de su inicio, permitiendo prepararse con tiempo para recibir su acción  y responder con eficacia.

En el mundo de las artes marciales se da por cierto el hecho de que, un practicante con algunos años de entrenamiento, desarrolla  la facultad de la  intuición por encima del nivel del individuo común. 

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